Es muy cariñoso con las personas, busca siempre su compañía para ofrecer el amor y cariño que él nunca tuvo. Necesita una familia que lo adopte para conseguir por fin sentirse parte de ella.
Fue encontrado en la montaña sin poder andar, sus almohadillas estaban todas en carne viva, el dolor no le permitía ponerse en pie. Gracias a que nuestra compañera no dió media vuelta al verlo sino, que no dudó en cogerlo en brazos y bajarlo andando, pudo sobrevivir, él todo agradecido no podía parar de mover la colita, lo cargó al coche y fue a llevarlo directamente de urgencias al veterinario. Tenía un golpe en la cadera, supuestamente un atropello y el vientre lleno de piedras. De momento está en una casa de acogida. No sabemos por lo que ha pasado, sólo podemos mirar su rostro que transmite mucha tristeza acompañada de inseguridad. Pero es un perro muy agradecido, con un alma muy especial, es unos de esos ángeles, que ahora necesita vuestra ayuda.